La causa principal de callos y durezas suele ser la fricción excesiva y repetida sobre la piel. Para ello, evita el calzado demasiado estrecho o con suelas muy finas y la fricción directa del pie con el calzado, es decir, no usar calcetines. Las deformidades en los pies también son causas habituales para provocar callos y durezas, así como problemas en la pisada. Si tienes callos o durezas, ¡visítanos!